Primera de mano

"Tenemos muchas expectativas para el inicio de esta temporada. El año pasado lo terminamos muy bien y ahora, con la madurez que te da la pretemporada y con algunas incorporaciones, creo que estamos mejor parados. La vara está alta, la tenemos que alcanzar", dice Carlos Ríos, mientras suelta una sonrisa de oreja a oreja.

El primer rival de este largo periplo es Villa Calzada, en condición de visitante. San Lorenzo intentará superar la marca del 2017, cuando no pudo lograr el ascenso a la Segunda Divisón por diferencia de gol. En cuanto a esto, el DT cuenta: "El año pasado tuvo el condimento especial de haber encontrado el equipo. Habíamos sufrido algunas bajas que pudimos suplir con la incorporación de varias chicas de las Inferiores. Eso también ilusiona de cara a esta temporada: el grupo está fuerte, unido y mejorando poco a poco. El balance es realmente muy positivo: uno como entrenador mira el crecimiento individual de cada jugadora y a nosotros nos dejó muy contentos. Realmente nos faltó muy poco para ascender".

Por otro lado, Ríos recalca el trabajo en la cantera como una de las banderas que ilusiona al Ciclón para este 2018: "En los últimos años se vio una mejora abismal. Se trabaja en equipo, hay una línea directa entre lo que quiere el entrenador de Primera y lo que aprenden las chicas que recién inician. Entonces es más fácil: porque las jugadoras llegan a Mayores con conocimientos necesarios. Además, para mí es más fácil trabajar con jóvenes porque todo el tiempo están absorbiendo conocimientos y aprendiendo más. La jugadora más grande te entrega experiencia y te equilibra la balanza, pero para mí es mucho más fácil tener un plantel como el nuestro, que no supera los 23 años de edad".

Por último, Carlos Ríos dejó algunos tips para ir descubriendo la pizarra del DT de Handball: "En este deporte no hay que ser ni ofensivo ni defensivo, tenemos que ser equilibrados. Después nuestra defensa es abierta, invita al rival a ganar terreno, pero la velocidad que nos caracteriza nos permite generar varios contraataques; anticipar y salir rápido por las bandas. Además, no tenemos mucha altura en el plantel, por ende no nos sirve ir al choque. Hay que correr. San Lorenzo corre los 60 minutos sin parar".

La charla finaliza, Ríos se aleja pero de pronto se frena como si hubiera olvidado algo. Se da vuelta, ríe, retoma y suelta con confianza: "Lo prometo, eh. Este año algún campeonato se queda San Lorenzo".