¡Desde Boedo salió el nuevo campeón!

Lágrimas en los ojos. El rezo de "dale campeón" en el aire. La camiseta azulgrana mira, expectante, desde algún rincón. El parquet repleto de papelitos. La emoción palpable. Parece ser un cuento, pero es real. El sueño que deja de serlo, y se vuelve tangible: San Lorenzo es campeón de la Copa Argentina.

Y no fue un torneo más, por el contrario, el Ciclón tuvo que sortear paradas difíciles: en primera ronda eliminó a un difícil Argentinos Juniors, de la Primera B, y después todos equipos de la máxima categoría: el siempre candidato Pinocho, River en octavos en un partido increíble, Ferro en cuartos e Independiente en semis.

El capítulo final no podría ser de otra manera: un Gorki Grana repleto, delirando al compás de la redonda que bailaba en los pies azulgrana. Menzeguez que, a pura pisada, abre el marcador y le pone la primera firma a una página que quedaría en la historia. La tribuna alentaba, en secreto pedía por la Copa, casi como una clemencia. Y San Lorenzo atacaba. En el segundo tiempo, volvía a aparecer Menzeguez con su zurda mágica para aumentar la diferencia y Bolo gritaría el tercero cuando el Celeste tenía arquero jugador. Kimberley descontó en la última, pero la Copa ya estaba viajando a Boedo.

Ahora si, queda seguir soñando, porque el campeonato todavía tiene lo mejor: los playoffs. Y con el título en la Copa Argentina, San Lorenzo se asegura jugar la Liga Nacional, el torneo que clasifica a la Copa Libertadores a fin de año.

El cielo es el límite. Sigamos volando.